Declarados Bien de Interés Culturas la Torre del Reloj de Mula y la Cruz Episcopal de Begastri

La Torre del Reloj de Mula, situada en la plaza del Ayuntamiento, y la Cruz Monogramática de Begastri, descubierta en Cehegín en 1932 entre las antiguas ruinas de la ciudad romana, h...

La Torre del Reloj de Mula, situada en la plaza del Ayuntamiento, y la Cruz Monogramática de Begastri, descubierta en Cehegín en 1932 entre las antiguas ruinas de la ciudad romana, han sido declarados hoy por el consejo de gobierno Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de monumento.

La declaración de Bien de Interés Cultural para un inmueble supone el grado máximo de protección que contempla la ley estatal de Patrimonio Histórico Español y la Ley 4/2007 del Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. Además, ninguna intervención que se realice en el edificio puede hacerse sin la autorización por parte de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales.

En el caso de la Torre del Reloj se trata de una construcción de planta cuadrada realizada en 1804 exclusivamente para albergar el reloj y el campanario, de uso civil, lindante con la antigua Casa de Contratación de los Vélez. Puede considerarse como uno de los pocos testimonios existentes de un modo de vida ya perdido, cuando el ritmo de las campanas marcaba la vida diaria: desde los ritmos de trabajo a las tandas de riego, y emitía los mensajes importantes para una sociedad rural.

Igualmente, el Ejecutivo ha declarado Bien de Interés Cultural la Cruz Monogramática de Begastri, descubierta en Cehegín en 1932, entre las antiguas ruinas de la ciudad romana. Este singular objeto religioso, también conocido como Cruz Episcopal de Begastri, está realizado en bronce a finales del siglo VI o principios del VII d.C., y pertenece a la época en que la sede episcopal de Cartagena fue trasladada al interior de la Diócesis, por razones de inseguridad en las zonas costeras. El lugar era la ciudad ya visigótica de Begastri, que aún existía en el año 718, cuando, tras la invasión musulmana, se firmó el célebre Tratado de Todmir, según se atestigua documentalmente.

La forma de la cruz, aunque de carácter latino, se inspira en la tradición griega. Otra de sus principales características es que se trata del único ejemplar completo de este tipo existente en la Región y que, a su vez, forma parte de una colección muy reducida a nivel nacional, entre las que figuran las cruces del Cortijo de Iscar, en Baena, y la de Cullera.

Su decoración, en ambas caras, induce a pensar que se realizó para ser trasladada procesionalmente y encabezar desfiles, presididos por el obispo begastrense, y permanecer en un lugar destacado del presbiterio el resto del tiempo, tal como en la actualidad se hace con las cruces procesionales.